domingo, 15 de junio de 2008

La Unión Europea que cada vez se ve más inalcanzable . . . . Intereses individuales que pretenden reforzarse a costa de un espacio común . . . .









Cuando en octubre, 2006 advertí desde este espacio de blogs (La Unión Que No Llega) el evidente distanciamiento del rumbo trazado en el pase de la C.E.E. (Tratado de Paris-1951, Tratado de Roma – 1957) a la Unión Europea (Acta Única Europea – 1986), creo que recogía el temor de muchos de los convencidos europeístas, como yo, de que los líderes europeos habían escorado la nave en una navegación a la deriva.

Los cimientos pretendidos con el paso más importante jamás dado por los entonces 12 Estados Miembros aquel 7 de febrero de 1992 en Maastricht (ampliado a 15 en 1995) sentaban las bases de una constitución fundacional de los elementos de convergencia no sólo en lo económico sino relevantemente en lo político. Por primera vez, se establecen dos sistemas oficiales de cooperación intergubernamental – Política Exterior y Asuntos de Interior & Justicia – que hoy son parte intrínseca de la Unión de los actuales 27 Estados Miembros.

Hemos repetido hasta la saciedad que ya en 1992 se aplazó una consideración de la Europa Social a escala global, con los consecuentes efectos de desunión en criterios a lo largo de los últimos tres lustros. Ello no ha evitado, aunque con reticencias, que se alcanzaran importantes logros en lo social hasta el punto que la Unión Europea ha significado un baluarte de derechos sociales a escala internacional, muy por delante de EE. UU. y Japón.

Sin embargo el otro día, de un plumazo y con cierta alevosía la Comisión Europea capitaneó la aprobación de una directiva que podría dar un serio revés a lo logrado en el camino hacia la unión de esa Europa única social. El consentimiento a una antigua aspiración británica de flexibilizar el horario de la jornada laboral con un evidente desprecio del papel de los agentes sociales en aportar criterio aunado para lograr mayor sintonía laboral entre los Estados Miembros es un golpe bajo a la integración social y laboral de las distintas sociedades que constituyen la Europa de los 27.

Caso de que la pretensión británica que ha encontrado el apoyo de los líderes conservadores de Alemania, Francia e Italia supere la votación en el Parlamento Europeo, se habrá abierto una seria vía de agua en la tocada línea de flotación de la Unión.

Es más, desde otra isla en la frontera más occidental de la Unión Europea, Irlanda, con su “NO” al Tratado de Lisboa ha agravado la situación, con una evidente crisis en una nave que se inunda en cuestión de horas.

Vuelvo a plantearme la pregunta que ya hice en mi blog de octubre, 2006 – ¿Verdaderamente queremos una Unión Europea?

En esta última década y ya adentrándonos en el Nuevo Milenio, los líderes europeos, los propios funcionarios de la Unión, los agentes sociales encargado de temas laborales y hasta los empresarios con peso en las decisiones de políticas de actualidad como son lo energético y el medioambiente no parecen tomar una única conciencia hacia donde se debe dirigir el esfuerzo común para alcanzar el objetivo de una unión de los Estados Miembros y sus 400 M de ciudadanos.

Desde el encuentro que desembocó el Tratado de Niza (diciembre, 2000) hasta el último intento de entendimiento que dio luz al Tratado de Lisboa ( octubre, 2007), la Unión Europea ha tenido que sufrir importantes conflictos y cuestionamientos de la pretendida Constitución Europea, que acabó sigilosamente enterrada.

A fecha de hoy y en el crepúsculo de una presidencia eslovena debilitada por los socios más solventes que ha copado el protagonismo, la Unión Europea ha vuelto a entrar en crisis. Esta vez y siento tener que reconocerlo, por primera vez en dos décadas, estimo que puede ser una dolencia operacional mucho más seria de lo que quieren atribuirle los más optimistas.

Como ciudadano europeo y español, debo empezar a cuestionarme si los procedimientos en vigor en lo que los políticos europeos han venido alardeando de ejercicio de democracia desde que tengo uso de razón verdaderamente contiene las salvaguardas mínimas imprescindibles para que como ciudadano de un Estado Miembro de la Unión Europea, otro Estado Miembro, sus políticos y/o partidos políticos en el poder, puedan con sus presiones o chantajes privarme de mi libertad en el ejercicio de derechos sociales y laborales.

Cada vez que una crisis se ha generado en el seno de la Unión Europea por rechazos en un Estado Miembros, como es el caso más reciente de Irlanda y los antecedentes de Francia y Países Bajos, observo la fuerte influencia de tendencias políticas más extremas, ya sean de derechas o izquierdas. Esta situación es preocupante sobre todo porque ese mismo peso que puedan tener fuerzas políticas más extremistas en esos Estados Miembros, apenas tienen peso en otros estados como pudiera ser España.

Por lo tanto, no me parece justo y bastante desproporcionado que Irlanda con solamente 4 M de habitantes, el 1 % de la actual población de la Unión Europea, en un referéndum a la cual sólo han acudido el 51% de los votantes censados y arrojando un escaso margen (60%) a favor del “NO”, tenga suficiente fuerza para desbaratar con su negativa la aprobación de otros Estados Miembros (17) que han ido aceptando el Tratado de Lisboa en los últimos meses.

España que ya aprobó la defenestrada Constitución europea en 2004 y aporta el más del 10 % del censo de la Unión ve como una Irlanda que se ha enriquecido gracias a las cesiones españolas en la distribución de los Fondos de cohesión, hoy se convierte nuevamente en isla aislada y da la espalda a los vecinos a través del Canal de la Mancha que le auparon a su nivel actual de prosperidad, consolidación y relevancia.

En breve serán convocados los líderes de los Estados Miembros para cerrar el semestre esloveno para pasar el relevo a Francia hasta diciembre del año en curso. Será en esta etapa en la cual habrá que decidir que plan alternativo se vaya a aplicar a la negativa irlandesa. Precisamente la complicación viene por la doble vertiente del problema, que en ningún momento debe desvincularse.

El respaldo francés a la directiva de las 60 horas laborales y la práctica defenestración de los agentes sociales en las negociaciones entre contratantes y empleados pondrán en tela de juicio cualquier actuación del estado galo o de su mediático Presidente en la intermediación entre los otros Estados Miembros. Francia no parte precisamente como mediador objetivo en la resolución de las vías de agua que inundan la sala de máquinas de la malherida Unión Europea, ni puede abogar una defensa de la postura única consensuada cuando ha permitido crear una isla social al antojo anglosajón y la conveniencia de la gran empresa europea.

Hoy por hoy, los partidos políticos europeos no tienen diferencias tan notables en el área de lo económico como se puede comprobar en los trazados de las distintas políticas establecidas en Estados Miembros con gobiernos de izquierdas o derechas. Sin embargo, son notorias las discrepancias cuando de asuntos sociales y laborales se trata. Por eso en nuestro libro – Los Retos Laborales del Nuevo Milenio – expusimos esas rotundas diferencias que vienen condicionando la problemática real del rendimiento competitivo y la calidad de vida integral del trabajador en el proceso de productividad.

La Unión Europea sigue adoleciendo, y cada vez en situación más grave, de una seria política social que sea capaz de hacer frente a los problemas acuciantes del Siglo XXI, aquellos que van más allá de lo meramente político y económico. Una Europa compuesta por islas insolidarias que solamente visualicen las propias conveniencias acabará quebrantándose con pérdida de los valiosos logros alcanzados, para meramente ser otra inepta agrupación político-económica de intereses creados.

¿Es eso lo que desean aquellos líderes que hoy viven a expensas de la Unión Europea?

Si tienen algún sentido de la responsabilidad ética del legado de Monet, Schuman y Adenauer, este semestre pudiera bien ser su última oportunidad de mostrar su empeño en crear la Unión Europea con cual llevamos aspirando y por cual varias generaciones de serios profesionales nos hemos dejado la piel.


Fernando Fuster-Fabra Fdz.
Consultor en Asuntos Europeos desde 1988






4 comentarios:

HADES dijo...

¿Como separar tus creencias, tus sentimientos, tus vivencias? ¿como separar las pautas que han
seguido tu vida para realizar un proyecto de futuro conjunto. Somos seres sociales y... ¿lo hemos
olvidado? ¿o hemos aprendido mal en el curso del dia a dia?
¿Cuantas veces abrimos las manos a lo largo del dia? ¿Cuantas veces miramos a la gente a los ojos? ¿Cuantas veces despreciamos al desconocido simplemente al cruzarnos con el en la calle?
elucubramos sobre el o ella, miramos su situacion, su futuro y su porque; pero ¿acaso nos importa su porque?

Finales del siglo veintiuno, un mundo dividido en dos partes bien diferenciadas una elite de personas viviendo en una isla en el cielo y la mayoria de las personas viviendo en lo que queda de la Tierra, viviendo de las basuras de la elite.
¿Cómo se llega a este extremo? ¿ como se llega a cualquier extremo? ¿por accion de uno? ¿ por omision de otros?
Esto es el argumento de una pelicula de anime, es demasiado extremo, pero parece ser que la proxima pregunta en un referendum no muy lejano es si queremos ser parte de un colectivo, somos tan tontos que hasta por que nos miran nos enfadamos, de ahí hemos llegado a molestarnos por las ayudas que dan a los otros, a nivel de personas como a nivel de paises.
Si antes parecia lejano acercarnos a la verdad, hoy en dia parece una utopia ni siquiera observar en el horizonte la objetividad.
Hechamos la culpa continuamente a los politicos de su alejamiento de la vida cotidiana; con toda la razon y lo volvemos a reiterar, pero tambien en estos tiempos de crisis no es que se reproche la quejas de los ciudadanos, sino que en esta pequeña psicosis que nace, ya si ven que se ayuda al vecino y no a el, lo toman como una afrenta, y todo debido a la ignorancia, a la necedad. Hablamos de educación, hablamos de esos problemas diarios, pero quizas deberiamos adentrarnos mas adentro, el problema de hoy es que ellos mismo han matado el ansia de conocimiento.
Desde el ciudadano hasta los representantes de las instituciones desvirtuan la verdad, la verdad de un bien comun pero no por sus ideales, no por sus vivencias y conocimientos sino por sus intereses. Hablan de la subida del petroleo que no podemos hacer nada, que los impuestos de la gasolina en España son muy altos, pero porque no buscan a donde van esos impuestos de la gasolina, o es que los presupuestos del Estado aparecen como el mana en el desierto. No se si esto es ignorancia, estupidez o simplemente vagancia. Hablan de la subida del euribor, estamos de acuerdo tambien es el gran problema hoy del pais, pero hablan ya que con la peseta no pasaba eso, pues nos salimos del euro, devaluamos la moneda y ya nos podemos ir todos a Jauja.
A nivel de paises, tu las dicho, Irlanda ha dicho que no, después de beneficiarse de los fondos de cohesión, después de obrar un “milagro” arrancando ese pais y ahora dicen que no, aquí echamos la culpa a la Union Europea de todo tambien, porque no saben, no quieren saber o se les ha olvidado que por gracia de quien se ha construido las autopistas de este pais, ¿con dinero de quien?
Ciudadanos y politicos, si se descubrió la cuadratura del circulo, el entendimiento tiene que ser posible, hay muchos problemas que vendran en el futuro, pero aun estamos a tiempo en este presente, pero antes de todo la base la tenemos, y la solucion tambien, la navaja de occam: COMUNICACIÓN Y CONOCIMIENTO. DERECHOS Y DEBERES EN LA MISMA MEDIDA, no tiene que darnos miedo.

Fernando FusterFabra dijo...

Cada vez las gentes están más alejadas precisamente por aquellos medios tecnológicos que se diseñaron para traerles más cerca.

¿Nos estaremos equivocando en el uso de los medios en este Siglo XXI?

HADES dijo...

vayamos a la raiz del problema, la incognigta, el interrogante y la solucion. NOSOTROS, sabemos el problema, y tenemos dos puertas, con multiples interrogantes ese el dilema, la falacia, la charada. Somos humanos y jugamos con ventaja sabemos el problema, creamos el problema; SABEMOS LA SOLUCION,¿LA PONEMOS EN PRACTICA?
¿NO? ¿PORQUE? ESE ES EL DILEMA DEL PERIODISTA Y LA ETERNA PREGUNTA DEL HOMBRE

Fernando FusterFabra dijo...

Si no somos parte de la solución, somos parte del problema . . .

Sin embargo solamente se puede lograr, incluso saber hacia donde dirigirse, si primero admitimos que existe el problema . . .

Para 4 de cada 5 que ejercen responsabilidades, el camino más cómodo a corto plazo es "no reconocer que exista un problema", con la consecuente imposibilidad de encauzarlo hacia una solución.

A medio plazo, el problema nos estalla en las manos y es entonces, generalmente con menos margen de maniobra en el tiempo y en recursos que decidimos resolver improvisando.

La única charada es "el mentirse a uno mismo" por lo cual acabamos llamando más la atención a nuestra propia farsa.

Tarde o temprano, las fuerzas acaban poniendo a cada pieza en su sitio, incluido a los seres humanos que hayamos coqueteado peligrosamente con el engaño, la mentira o hasta con la confabulación.